El proyecto de López-Aparicio propone el reciclado de aceites y otras sustancias para, por un lado, dar una segunda vida a estos materiales y evitar su impacto ambiental y, por otro, evitar la desaparición de la transmisión del conocimiento en torno a las artesanías tradicionales, que ha llevado a que la elaboración artesanal del jabón sea casi inexistente en la vida de una metrópoli.

Este elemento forma parte de la memoria del artista –desde que de niño ayudara a hacerlo a su abuela–, y entra dentro de la línea de López-Aparicio de defensa de las artesanías como un posicionamiento de resistencia, sostenibilidad y decrecimiento. A partir de las instrucciones y el trabajo a distancia con el artista, desde el Centro Cultural de España en Lima se han elaborado los jabones de esta instalación, utilizando el aceite cedido por los propios vecinos y usuarios.

Los residuos de aceites y grasas vertidos al agua contaminan los ecosistemas acuáticos y los suelos. Se estima que un litro de aceite puede contaminar mil litros de agua, produciendo, debido a su inmiscibilidad, la degradación de ríos, lagos, acuíferos y afectan a los suelos, ecosistemas y, por ende, a la agricultura.